Como es costumbre la noche del viernes la pasaron en Arriondas donde animaron a todos los que se preparaban para ver la salida en la mañana del sábado.
Los Pitillo volvieron a dar cátedra tanto en su estilo escanciando como por las piezas que dejaron volar por aquellas tierras asturianas.
El sábado en Ribadesella, después de ver la llegada se enfilaron a la zona de fiesta a intentar aplacar los zumbidos tecno con un poco de buena música tradicional.
Al son de la dulzaina y tamboril, ordas se acercaron a cantar y bailar, los bares abrían sus puertas a los músicos agasajándoles con todo tipo de invitaciones.
Por aquí os pongo una foto del evento.
El domingo visita cultural y gastronómica a León y regreso a casa.
Saludos a todos y hasta otra.
Próxima parada , fiestas de Villavelayo y de Tolbaños de Arriba.
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